Capítulo 19: La yegua de Troya

Segunda temporada

Advertencia: ESTO ES FICCIÓN

Esta es una sátira sobre las relaciones de poder en Colombia, escrita en forma de novela. Y así como algunas películas advierten que su trama está «basada en hechos reales», esta es una novela basada en hechos actuales. En otras palabras: no se confunda. «La candidata presidencial» es una caricatura de la realidad, una parodia, un ejercicio de opinión y de imaginación del autor. Yo lo llamo ficción coyuntural.

Lunes 24 de enero de 2022

—¡Fuera micrófonos! —pidió un camarógrafo, para que los periodistas bajaran sus manos y así permitieran hacer tomas limpias de los miembros de la «coalición centro esperanza», es decir, sin logos atravesados de cadenas radiales o canales de televisión.

Acababan de leer una declaración frente a la sede de campaña de Juan Fernando Cristo, una casa pequeña, blanca y esquinera, en la calle 54 con carrera 4A, de Bogotá. A excepción de la Candidata, los miembros de la coalición se veían sonrientes.

Estaban complacidos tras superar una nueva crisis, esta vez desatada por el lanzamiento de la precandidatura de Íngrid Betancourt —que fue sorpresiva para todos— y por el malestar que causó la posterior propuesta de Juan Manuel Galán, quien pidió reducir a solo tres la larguísima lista de aspirantes.

La Candidata, que se dejó ver muy seria durante la reunión, se acercó a Íngrid, agarró su mano y le compartió una expresión entre triste y amarga.

—Me voy —le dijo la Candidata—. Nos vemos mañana.

—¿Qué tienes? —preguntó Betancourt en voz baja—. ¿Pasó algo?

La Candidata sugirió con un dedo que había mucha gente ahí. Íngrid insistió:

—Pues vamos a otro lado. Y me cuentas qué tienes.

***

Compartieron una pinta de cerveza «pilsner» en El Mono Bandido, un restaurante a solo 160 metros de la sede de Juan Fernando Cristo. La Candidata buscó en su celular el video que Alejandro Gaviria había colgado en Twitter, justo antes de la reunión de aquella tarde, y se lo enseñó a Íngrid.

—¿Qué tal eso, ah? —cuestionó la Candidata— ¿Puedes creer que un precandidato de la coalición, de NUESTRA coalición… esté diciendo que comparte «los mismos valores» con Germán Varón Cotrino… la misma «visión del cambio social»… dizque esa «decencia básica», esa «honestidad»? ¡Por favor! Estoy que ahorco a Alejandro.

Íngrid ni siquiera estaba segura de quién era Germán Varón Cotrino. Llevaba tantos años desconectada de la realidad del país que se había vuelto una completa analfabeta del mapa político nacional.

—¿Y ese Germán Varón tiene maquinarias o qué? —preguntó Íngrid.

—Pues claro… Lleva 20 años en Cambio Radical. Los mismos años que lleva ahí Germán Vargas Lleras. ¡Entonces invitemos también a Vargas Lleras a la coalición! Es que uno se pone medio laxo en esto y por esa puerta empieza a entrar todo el mundo. Ahora…, yo estoy acostumbrada a tragar sapos, pero lo que me da piedra es que te los tengas que tragar tú. Sobre todo porque te pusiste en la tarea, generosa, desinteresada, de traer a Alejandro a la coalición, para que él termine saliéndote con este chorro de babas. Además, me da pena contigo. Yo fui la que te convenció de ser precandidata, de prestarle tu nombre y tu reputación a la consulta del centro… Me provoca es esconderme de la vergüenza que tengo.

—No, escondernos nada —afirmó Íngrid—. Algo tenemos que hacer.

—Yo no sé, Íngrid… Yo… Yo no tengo esa entereza… Yo no me imagino hablando del tema en voz alta, cuestionando a Alejandro frente a todo el mundo… Eso de mantener la verticalidad siempre y a toda costa es muy difícil… Si de verdad fuéramos de una sola pieza, mañana mismo saldríamos en el debate a denunciar a Alejandro, en vivo y en directo, pero… yo no puedo. Se necesita ser muy especial para eso y yo no soy así de especial.

***

La Candidata llegó, pasadas las 7 de la noche, a su apartamento. En el estudio la esperaban Lorena y Nicolás. En el tablero acrílico decía, arriba, en mayúsculas, «LA YEGUA DE TROYA». Fue lo primero que vio la Candidata.

—Me gusta —comentó—. Imagino que nosotros somos los aqueos.

—¿Cómo te fue con Íngrid? —preguntó Lorena.

—Yo creo que se está sintiendo especial en este momento. Solo necesita un empujón para decidirse a ventilar el tema en el debate.

—Repasemos entonces el plan —dijo Nicolás—. Le hicimos unos ajustes.

—Soy toda oídos —indicó la Candidata—. Vamos a cumplirle a Rodolfo con nuestra parte del trato (escuche aquí el episodio narrado número 17, a partir del minuto 5:10, para conocer lo que le propuso la Candidata a Rodolfo Hernández).

Lorena tomó la palabra: 

—Lo primero que tiene que pasar en el debate de mañana es que Vicky haga la pregunta de si van a hacer una reforma tributaria o no. ¿Le hablaste a Gilinski del tema?

—Sí. Ya hablé con Gabriel —respondió la Candidata—. Vicky va a empezar el debate con eso. Denlo por hecho.

(Escuche a continuación la primera pregunta del debate organizado por «El Tiempo» y «Semana»).

—Ok… —retomó Lorena—. Lo que prevemos es que Íngrid repita lo que dijo en «Portafolio»: que una reforma tributaria no es necesaria, que lo que se necesita es combatir la corrupción, lo mismo que ha venido diciendo Rodolfo y que necesitamos que también repita en el debate.

Rodolfo está más que alineado —aseguró la Candidata—. Después de que lo visité en su casa me dice «socia».

—Pues ahí es donde tenemos que hacer que Alejandro los cuestione a ambos y que, sobre todo, diga algo fuerte que provoque a Íngrid, que casi que sea insultante…

La Candidata se quedó pensando.

—¿Qué tal si le dice… «demagoga»?

Nicolás y Lorena asintieron, primero dudosos y luego convencidos. La Candidata buscó en su lista de contactos a María Isabel Nieto, una vieja amiga que acababa de aterrizar como gerente de la campaña de Alejandro Gaviria. A ella le mandó una nota de voz:

«Hola, María Isabel… Imagino que están ensayando para el debate. Te tengo un dato: la primera pregunta de Vicky es si vamos a presentar o no una reforma tributaria… No sé si has visto que Íngrid y Rodolfo están usando la misma DEMAGOGIA: que dizque una reforma no hace falta porque todo se resuelve sacando a los corruptos del poder… Eso es pura y física DEMAGOGIA. Yo estaba pensando en decirlo, pero… a mí me cuesta mucho confrontar a mis amigos. Yo no soy capaz de decirle a Íngrid que hace DEMAGOGIA, aunque sea verdad. En cambio, Alejandro es más valiente para eso. Yo le dije el otro día que admiraba mucho esa «ética de la verdad» que él sí es capaz de poner en práctica. Además… él es el economista del grupo. Tiene más autoridad que cualquiera de nosotros para exponer al que haga DEMAGOGIA con la reforma tributaria».

La Candidata se quedó viendo a sus asesores.

—Nunca había dicho tantas veces «demagogia» en una misma conversación. Espero que funcione.

(Escuche a continuación a Alejandro Gaviria sugerir que Íngrid Betancourt, igual que Rodolfo Hernández, hace demagogia).

—Ahí es donde Lorena y yo creemos que hace falta un empujón adicional —intervino Nicolás—. Necesitamos que otro candidato cuestione, explícitamente, el apoyo de Germán Varón a Alejandro, para que Íngrid se anime definitivamente a hablar del tema.

La Candidata negó con la cabeza.

—Nadie en la coalición se va a meter en ese problema.

—No tiene que ser de la coalición —aclaró Nicolás—. Pensamos que puede ser Camilo Romero, pero Alejandro tiene que provocarlo. Usted nos contó una historia de ellos, ¿no?

La Candidata se sintió orgullosa de sus asesores. Entendió perfectamente qué le estaban proponiendo. La mujer abrió de nuevo su chat y envió otra nota de voz:

«María Isabel, otra cosa… Yo creo que mañana tenemos que hacer lo posible para destacar entre tantos candidatos… Hay que cazar una que otra pelea. Yo estoy trabajando en las mías, pero me acordé de una cosa que me contó Alejandro sobre los hospitales en Nariño cuando Camilo Romero fue gobernador. Esa es una pulla que vale la pena hacer».

(Dele «play» a este video para escuchar la acusación de Alejandro Gaviria a Camilo Romero).

La Candidata lanzó una pregunta retórica:

—¿Será que Camilo muerde ese anzuelo?

(Escuche a continuación a Camilo Romero mordiendo el anzuelo).

—Perfecto —dijo Nicolás—. Lo que tiene que pasar después es lo que ya hemos hablado: que Íngrid finalmente cuestione durísimo la integridad de Alejandro y que él reaccione con la cabeza caliente… Pero queremos proponer un puntillazo.

Nicolás agarró un marcador y escribió una frase en el tablero. La Candidata sonrió. Cogió de nuevo su celular y llamó a Rodolfo Hernández. El viejo contestó al segundo.

—Quiubo socia.

—Te tengo la frase perfecta para que cierres el circo de mañana… ¿Tienes buena memoria o prefieres apuntar?

(Escuche a continuación la frase que la Candidata le sugirió a Rodolfo Hernández). 

***

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